Por Juan Giglio
La
burguesía mundial, de la mano de la OMS y los grandes laboratorios, exageraron
la peligrosidad del Covid-19, no para resolver problemas de salud del conjunto,
sino para implementar una gigantesca campaña de terror, cuyo propósito no ha
sido otro que el de limitar libertades democráticas y, en ese marco, hacer retroceder
la lucha de los trabajadores y los pueblos, que antes de 2019 venía en
constante y sistemático ascenso.
Las
políticas de cuarentena, la exigencia de “pases sanitarios” y de otros
protocolos restrictivos, les permitieron a los
capitalistas montar una ofensiva global inédita, mediante la cual dejaron
sin empleo a decenas de millones, liquidaron conquistas, rebajaron salarios y flexibilizaron
a más no poder. Además, los monopolios más concentrados, ligados a la industria
de la virtualidad y los medicamentos, están realizando negocios fabulosos.
Cuando esto
comenzó, casi todas las organizaciones de izquierda se sumaron al
carro de las patronales, defendiendo los confinamientos. Varias, incluso,
llegaron a reclamar “mano dura” contra las personas que rompían las cuarentenas,
con el argumento de que la “defensa del bien debe estar por encima de las decisiones
individuales”. ¡Como si los gobiernos burgueses se ocuparan, al menos por este
tiempo, de defender los intereses de las mayorías!
Un ejemplo
de esta soberana capitulación, es la Liga Internacional de los
Trabajadores: En la decisión de no vacunarse se usa un
ropaje de “independencia”, “libertad” y “espíritu crítico”; apoyándose en la
ideología de la época en la cual las libertades individuales están por encima
del bien común. Pero la realidad es que es el resultado de la enorme presión
social que ejercen las ideologías antivacunas y teorías conspiracionistas, es
una verdadera campaña de información falsa que circula disfrazada de “opinión
científica”.
Estas falsas
conciencias, que difunden de manera intencional datos falsos, hacen
aseveraciones ligeras y sin pruebas reales; se apoyan en hechos ciertos como
por ejemplo la corrupción, el negocio de las farmacéuticas, exageran los
riesgos inherentes a la aplicación de cualquier medicamento, y presentan datos
epidemiológicos con interpretación amañada. Es por eso, que son tan complicadas
de combatir. (https://litci.org/es/vacunacion-entre-el-negacionismo-y-la-ganancia/)
Con este tipo de planteos, los camaradas de esta
organización, que tiene partidos en varios países del mundo, se pusieron en la
vereda de enfrente de los “Chalecos Amarillos” de Francia, de buena parte de
las organizaciones de izquierda de ese país, o de los enfermeros de Grecia, que
se movilizaron masivamente contra el “Green Card”, el pase sanitario impulsado
por Macron y compañía. ¡Una de las consignas más coreadas en estas acciones plantea la defensa de ese "bien" que desprecia la LIC/CI, la “libertad”!
Los revolucionarios y las revolucionarias que pretendemos
acabar con el Capitalismo para construir una sociedad Socialista, defendemos las garantías individuales, mucho más ahora cuando el sistema, en su momento de mayor crisis, se defiende tratando de imponer políticas dictatoriales o "bonapartistas", haciendo lo que hizo varios años atrás, cuando dio lugar a la construcción de regímenes fascistas o nazi-fascistas.
Las acciones de los
trabajadores y los pueblos, defendiendo sus libertades, atentan contra esa dinámica. ¡No reivindicarlas significa dejar correr lo que desde nuestra corriente hemos denominado “Contrarrevolución
Covid”!
No negamos la existencia del virus ni la necesidad de combatirlo, sino que planteamos otro tipo de políticas, por ejemplo la utilización de tratamientos de contingencia que ya han demostrado eficacia, pero que no son promovidos por los gobiernos porque no benefician a los laboratorios. Desde esa ubicación, hemos demostrado, junto a cientos de científicos críticos, la inutilidad total, desde el punto de vista sanitario, de las cuarentenas. También planteamos la necesidad de investigar -con más tiempo- sobre las consecuencias a largo plazo de las vacunas, ya que se apoyan en técnicas de manipulación genética, que en manos de la burguesía son más que cuestionables.
Más allá de nuestras especulaciones científicas, seguiremos siendo defensores y defensoras a ultranza de las libertades, que en este período tendrán un valor esencial, siendo pilares principales de las luchas contra el capitalismo, que se torna cada vez más represivo. Para expresar nuestras posiciones al respecto, hemos publicado una serie de notas y entrevistas, que reproducimos a continuación: Consignas democráticas y revolución socialista - Otra revolución democrática en curso - No regalarle la bandera de las libertades a la derecha -
Comentarios
Publicar un comentario